Se lo merecían, supongo. Como supongo que hicieron lo posible por aprovecharla. Pero a veces el quiero no se convierte en un puedo y se vuelven a las andadas. Les dio una pena terrible: amarse sin disfrutarse y es que, a veces, las segundas oportunidades hacen más daño.
Claro que la regaló flores, claro que fueron a un concierto, y a una escapada romántica, claro que lo intentaron. Ellos más que nadie pusieron las ganas para que este fuera un relato de amor. Uno de esos bonitos con final feliz y una canción. Pero no pudo ser, no pudo.
Tal vez, la vida de otra vuelta. Tal vez a la tercera sea la vencida, tal vez al destino se le olvidó enseñarles algo y quizá les vuelva a juntar mañana. Nadie sabe si el continuará esta escondido y la secuela haga olvidar todo lo demás. Igual ellos se merecen más...
Dicen que cuentan que es la mejor forma de soñar con los ojos abiertos...Los cuentos están en cada abuela, en cada regazo y en cada almohada
lunes, 9 de octubre de 2017
jueves, 5 de octubre de 2017
En la mochila
Sí, llevan algún libro. También algo de picar y mil recuerdos...o dos mil. Tampoco se puso a contar. Os aseguro que la mochila no tenía ruedas, por lo tanto los hombros se sentían entumecidos, solo había un cosquilleo con el cual aprendió a vivir. Aunque se movía, no le daba la sensación de estar caminando y también hay que decir que se agarraba a cualquier excusa para parar...Tal vez para coger aire, tal vez para replantearse la situación.
Su mochila no era muy diferente a la de los demás pero tenía doble fondo por eso no sabía con cuantos recuerdos contaba, por eso pesaba tanto, por eso la tuvo que dejar atrás...
Su mochila no era muy diferente a la de los demás pero tenía doble fondo por eso no sabía con cuantos recuerdos contaba, por eso pesaba tanto, por eso la tuvo que dejar atrás...
martes, 3 de octubre de 2017
No otro ( micro relato)
Esperaba, ilusa, a que le alegrara el día él y no otro. Que le sonriera él y no otro, que fuera él y no otro. Él, en cambio, esperaba hacerla más fuerte, más capaz, mejor...Sin duda algo fallaba y no era el amor. Su amor era más duro, más fuerte y un pegamento permanente. Gracias a él sobrevivían. El problema era otro, y es que no compartían ni cerebro ni corazón y como a veces tampoco palabras pues él esperaba hacerla mejor y ella que fuera él y no otro
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