viernes, 20 de abril de 2018

Compañeras...

Se precipitó una lágrima...cómo no? cómo no iba a doler decir hasta luego si fue el descubrimiento de la cueva de Aliba-ba.

El destino, con su lado juguetón las juntó a todas debajo de un techo con vistas, las pagó con risas, con palabras de aliento y las susurró al oído que tenían que enseñar cosas a las otras dos...
Gracias a eso, el invierno tuvo un calorcito inimitable y las comidas un sabor que no volverían a encontrar en ningún otro comedor.

Es verdad que llegó el "hasta luego" pero gracias al "Dios tecnológico" existía el Whatsapp, así que iba a dar igual si se iban a Australia, porque ya tenían atado un hilo rojo resistente y que hacía juego con sus labios que las iba a unir para siempre.

Así que prometieron llorar a la próxima de risa, porque era más lo suyo y porque a graciosas y "salás" no las ganaba nadie.