jueves, 28 de septiembre de 2017

Ahora

Ahora que tengo tiempo. Ahora que puedo dedicártelo, ahora me permito sentarme y pensar en ti. Soñar que puedo ser tan buena para gustarte y mostrarme al mundo. Ahora cojo un lápiz y empiezo a escribir. Dibujo lo que parecen letras, pero son pensamientos, sensaciones...soy yo. Me obligo a sacar lo que tengo dentro, a adornarlo para que te guste, para recibir la aprobación, para sentirme útil y descubro que eso da igual, que soy mejor cuando me rompo, cuando me llego a mi misma, cuando me disfrazo de otros para contarte qué pasea en mi cabeza.
Ahora que tengo tiempo fantaseo que me descubres. Que no me puedes imaginar sin ese lápiz en la mano porque sin él solo sería la mitad. Una mitad que creer vivir completa, pero que siente vacío...ahora que tiempo, ahora, me lo dedico. Me lo dedico y decido que llego la hora.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Fabricada


La esculpieron perfecta. Sin taras, sin peros, sin problemas... la hicieron para su uso y disfrute. Siempre amable, con una sonrisa y lo más importante, que supiera esconder lo que sentía. No le importaba a nadie  así que para qué ponerle una vía de escape. La "venderían" al mejor postor, daba igual si ella estaba de acuerdo o no, si la iba a tratar bien o si le iba a bajar la luna... Era de carne, hueso y motor. Tres cilindradas. Impoluta. Sus antecesoras la entrenaron para esconder morados, y aparentar: ¡qué no se entere la vecina!; colocarse bien la sonrisa y llorar para adentro, gritar en suspiros y agradecer unos zapatos nuevos... 
Fue el último ejemplar de la serie. La fabrica quebró y ella sonríe cuando ve el cartel de "próximo derrumbe"

martes, 19 de septiembre de 2017

Lunares

Con lunares y a lo loco. Así salió hoy a la calle. Los tomó amuleto y empezó a enseñar al mundo que a pesar de haber estado dormida un par de décadas, tenía mucho que mostrar. Fue corriendo, así ahorraba tiempo y además llegaba antes. Ya no pesaba el pasado, lo dejó en un contenedor. Ni lo recicló ni nada, poco le servía.
En su carrera ni se tropezó, porque aunque se había podido levantar, como decía tenía mucha prisa. No porque cerraran el sitio donde iba, si no porque tenía que decidir donde ir...O no importaba, importaba el movimiento de los lunares, que sonreían desde su camisa disfrutando de la brisa que causaba el ajetreo. Así que continuó su camino, no quería defraudarlos.