miércoles, 27 de septiembre de 2017

Fabricada


La esculpieron perfecta. Sin taras, sin peros, sin problemas... la hicieron para su uso y disfrute. Siempre amable, con una sonrisa y lo más importante, que supiera esconder lo que sentía. No le importaba a nadie  así que para qué ponerle una vía de escape. La "venderían" al mejor postor, daba igual si ella estaba de acuerdo o no, si la iba a tratar bien o si le iba a bajar la luna... Era de carne, hueso y motor. Tres cilindradas. Impoluta. Sus antecesoras la entrenaron para esconder morados, y aparentar: ¡qué no se entere la vecina!; colocarse bien la sonrisa y llorar para adentro, gritar en suspiros y agradecer unos zapatos nuevos... 
Fue el último ejemplar de la serie. La fabrica quebró y ella sonríe cuando ve el cartel de "próximo derrumbe"

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