miércoles, 8 de agosto de 2018

oxigeno

Tal y cómo le habían contado no era imprescindible. Ni ahora ni nunca. No lo era como no lo eran la mayoría de las cosas excepto respirar, y a veces ni eso; porque para mirar debajo del mar el oxigeno no hacia falta.

Y el oxigeno ahora era lo que menos le importaba. Ahora se sentía nadando entre corales, aguantando la respiración y no sabiendo si en realidad quería salir a la superficie o esconderse otro ratito entre las algas.

Y aunque es verdad que en momentos no es imprescindible, al paso del tiempo si, y tienes que dar la cara. Los hay que llegan ahogados y les cuesta volver a estabilizarse ansiosos de aire... y los hay  que llegan con los pulmones medio llenos y disfrutan del momento, recordando que los peces de colores que han visto son geniales pero que ahí arriba hay unos lindos pajaritos que también son dignos de observar.

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