lunes, 20 de junio de 2016

Romanticismo perdido

Que ya no hay dicen. Ni serenatas, ni paseos bajo la luz de la luna. Que se ha perdido, que quien tiene un poquito lo esconde, ni lo menciona. Que es motivo de burla, que apenas se echa de menos...eso dicen.
Pero no es verdad, quizá no es igual que antes, pero ya nada es igual que antes. ¿Por qué iba ser esto igual? Sin sentidos...
Señores, señoras, está en todos los lugares, sólo hay que saber buscar, fijarse, esperar. Ahora el romanticismo es tecnológico, pero todavía se encuentra algún corazón pintado en la pared, ahora se usa de lejos, pero todavía los bancos de los parques están llenos de besos, ahora no se espera, pero todavía hay marineros con una sola mujer en un solo puerto. Igual no ha muerto y solo sobrevive, quizá porque lo ha ha hecho siempre.

viernes, 17 de junio de 2016

decisión

Se acercaba un fin decidido. Uno donde no había un precipicio sino una gran llanura. Sin vegetación, sin gente ni espejismos... Tocaba caminar. No sabía dónde terminaba el desierto, ni si habría donde beber o pasar la noche, pero lo que sabía era que no había más opción. Con la cantimplora llena, el viento de cara y un plan se aventuró pensando que eso era mejor que nada.
Atrás, como dicen los grandes escritores, queda lo que no quieres que te acompañe, las decisiones acompañan y te susurran que era lo que tenías que hacer, y las ganas vienen y van volviéndote un poquito loco. Se acerca un fin, y un continuará. Me lo ha dicho una decisión

miércoles, 15 de junio de 2016

A veces, dos sería pedir demasiado

Erase una vez, y menos mal que fue una. Porque, igual dos, era pedir demasiado. Desde un principio el menú era a base de perdices. Los bailes de palacio estaban a orden del día y no hacía falta encantamientos. Y es que a veces, el principio es el final y al revés.
Y es verdad, que hay veces que existen cuentos sin contar, narradores callados y hadas madrinas en la sombra. Porque, a veces las historias pasan, y son de otra manera. A veces, no hay malos y tampoco buenos, a veces solo son casualidades y causalidades.
Ya que hay veces, y  momentos en los que  no cambiarías nada, ni un pelo, aunque ese día te haya salido un granito en la nariz...porque todo tiene su encanto, supongo...
Esas veces son las que cuentan, son mágicas y tienen el poder de que olvides todas las lagrimas, todas las guerras y quieres que duren por lo menos cinco minutitos más.
Sólo son una vez, porque dos sería pedir demasiado...

jueves, 9 de junio de 2016

Nadie llamó a la puerta

Ella estaba allí, sentada, mirando desde lejos, en la sombra. Soñando otra vez. Se pasó la vida sola. Esperando a que alguien viniera a ponerla patas arriba, a dar sentido a las horas y hace la cosquillas en la tripa. Pero no vino, o quizá sí. Pero mirarse al ombligo no te deja muchas perspectivas posibles... Sé dio cuenta que solo era una más y que ni era la princesa de cuento o había más princesas, una de dos. Sentarse a esperar no era una solución y que querer es poder teñía algunas lagunas fiscales. Pero la dio igual, y los años pasaron. Nadie llamó a la puerta.