las tres "as"

Lo aceptó. Está bien. Un error lo tiene cualquiera.
Ese hueco que se le produjo pedía a gritos ser llenado. No aceptaba ni gominolas, ni tardes de sofá y telebasura. No. Solo aceptaba sueños, y no de esos rancios y manidos, si no unos nuevos. Unos de esos que dan escalofríos, miedo, e ilusión. Porque de ilusiones se vive y ella se cansó de parecer una difunta.
Como siempre, no estaba sola. Su escudero le animó a deshacerse de ese sueño con moho y a desempolvar ese "nuevo". Le dio las tres "as": aliento, ánimo y alas. Y con ese equipaje emprendió el camino. Tal vez, mañana cambiara de idea, pero hoy esa era la meta.

Más días listos que tontos.

Y aún en esas primeras noches separados, recibía sms ( porque antes era lo más) diciéndole que era lo mejor que le había pasado nunca.
En estas noches, cuando de diferencia había habido muchas lunas, ella se preguntaba si había cambiado de opinión. Si la rutina lo daba todo por hecho y si volverían a sentir esa necesidad del principio, de aquellas noches.

Es cierto que lo habían conseguido. que ya no solo miraban la misma luna, si no que lo hacían desde el mismo balcón. Pero, en días tontos, pensaban que igual solo tenían esa intensidad en la distancia, que ahora la pasión se había perdido, y que a veces no importaba. Igual eran ciclos, quien sabe o igual había que dar un paso para adelante.
Gracias a quien sea, había mas días listos que tontos.