miércoles, 8 de agosto de 2018

oxigeno

Tal y cómo le habían contado no era imprescindible. Ni ahora ni nunca. No lo era como no lo eran la mayoría de las cosas excepto respirar, y a veces ni eso; porque para mirar debajo del mar el oxigeno no hacia falta.

Y el oxigeno ahora era lo que menos le importaba. Ahora se sentía nadando entre corales, aguantando la respiración y no sabiendo si en realidad quería salir a la superficie o esconderse otro ratito entre las algas.

Y aunque es verdad que en momentos no es imprescindible, al paso del tiempo si, y tienes que dar la cara. Los hay que llegan ahogados y les cuesta volver a estabilizarse ansiosos de aire... y los hay  que llegan con los pulmones medio llenos y disfrutan del momento, recordando que los peces de colores que han visto son geniales pero que ahí arriba hay unos lindos pajaritos que también son dignos de observar.

martes, 26 de junio de 2018

tristeza de ser mujer


La tristeza de ser mujer. 
Con todo lo bonito y bueno que tiene. El poder y posibilidad que te brinda. El orgullo que es...
La tristeza de ser mujer. 
Siempre con mil ojos, no te permiten desfallecer. Juzgada desde el primer momento por quien eres, por quien serás y como eres y serás. 
La tristeza de ser mujer.
Cuando a una hermana la dañan, la acosan, la matan dejando o no de respirar.
Tristeza de que ocurra, de que se repita, de que no pare.
Tristeza que da fuerzas para luchar por las que vienen y están y homenajear a las que lo hicieron antes.
No permitamos que nos entristezca ser mujer, solo porque no nos lo dejen ser 100 por 100. 
Mañana estaremos más cerca...

domingo, 3 de junio de 2018

¿Tienes una cuerda donde agarrar?

Vuelves a la pagina en blanco, a escribir  sinsentidos, a inspirarte en una canción. Caminante de lineas, desesperado por conjugar palabras, comas y exclamaciones hoy solo encuentras puntos suspensivos.
Te jugaron una mala pasada, y todo te parece repetitivo, "Reoido" y no te vale cualquier cosa.
El abismo que hay en la blancura del folio, te hace rebuscar en lo más profundo, incluso debajo del sofá y es ahí, donde menos te lo esperas, donde coges la carrerilla y creas el puente de tinta.
Hoy te has salvado. Hoy has sabido sacar lo de dentro, como cuando sacas la basura que huele mal, hoy has podido descansar en tus relatos y hacer un huequito para llenarlo mañana. Será entonces cuando te encuentres con otro precipicio. ¿Tienes alguna cuerda donde agarrar?

viernes, 20 de abril de 2018

Compañeras...

Se precipitó una lágrima...cómo no? cómo no iba a doler decir hasta luego si fue el descubrimiento de la cueva de Aliba-ba.

El destino, con su lado juguetón las juntó a todas debajo de un techo con vistas, las pagó con risas, con palabras de aliento y las susurró al oído que tenían que enseñar cosas a las otras dos...
Gracias a eso, el invierno tuvo un calorcito inimitable y las comidas un sabor que no volverían a encontrar en ningún otro comedor.

Es verdad que llegó el "hasta luego" pero gracias al "Dios tecnológico" existía el Whatsapp, así que iba a dar igual si se iban a Australia, porque ya tenían atado un hilo rojo resistente y que hacía juego con sus labios que las iba a unir para siempre.

Así que prometieron llorar a la próxima de risa, porque era más lo suyo y porque a graciosas y "salás" no las ganaba nadie.

jueves, 22 de marzo de 2018

Saltar( micro-relato)

Le hubiera gustado dejar la mente en blanco y saltar. Pero para arriba. Saltar tan alto que perdiera el conocimiento, la orientación y el saber estar.

Llegar más allá de las nubes y ver por un agujerito donde estaba él. Ver el futuro y descansar en alguna estrella fugaz que le hiciera un tour turístico por la vía Láctea o la vía Café con leche...qué más daba.
El problema vino que apenas se movió del suelo y que la mente más que un blanco nuclear tenia el arcoiris tatuado. Que a veces no estaba mal, pero otras no quería colores ni nada que la llenara.

Subió más alto pero todo lo que sube baja y comprendió que tenía que cambiar el plan. Ser más práctica y dejar lo de la vía Láctea cuando fuera al Planetario. Tal vez, las estrellas le inspirarían.

jueves, 8 de marzo de 2018

acordes

Lo nuestro empezó despacio, como unos acordes de casualidad en el piano....suave...bonito...con gracia. Continuamos dibujando notas. Salieron redondas entre silencio y silencio. De noche, nuestras piernas representaban la clave de Sol y era entonces cuando nos dejaba de importar si sonaba la música o no.
Con el tiempo, fue creciendo y dejamos de preocuparnos si tendríamos nuestra banda sonora. Preferíamos un menú de gustación y si era en tu ombligo mucho mejor...
Ahora es tan grande, que nos mudamos de piso, para que le de más el sol, y el agua...para que le demos más y nos haga sentir mejor, más llenos si cabe.

sábado, 17 de febrero de 2018

Al cabecero de la cama

Allí estaba. Lo típico, esperando a que llegara. Sus mejores galas, un color de labios que le sentaba de miedo y perfume nuevo. La noche prometía.
No tardó más de 5 minutos, se disculpó por la espera y pasaron al salón. Comida deliciosa y vino. Tinto. Reserva. Un capricho.
Al salir, se cogieron la mano ¿Por qué no? Risas, anécdotas y brillo de ojos. Frío en la cara, un te acompaño a casa, hay que repetir...
De eso hace más de 15 años. Cada viernes rememoran aunque sea con un vinito (no tan caro) su primer paseo y se pelean por ver quien fue quien no dejó dormir a quien...
No creen en hilos rojos, si se atan o ataron alguna vez, fue al cabecero de la cama...Intentan alimentarse uno al otro para no salir corriendo, aguantar los días de "salón nublados" y cuando no se ven sonrien sin reconocer al otro lo felices que se hacen.
Tal vez no de para un libro ni para leyenda, pero si para alcanzar la tranquilidad de que esto si que lo han hecho bien.

miércoles, 17 de enero de 2018

mi, me, conmigo

Y se dispone a cruzar, pero las cuerdas que atan sus tobillos solo la permiten dar un paso. Por más que su cerebro corra ,ella, ella esta paralizada.
Claro que está más lejos, claro que avanza, claro que se mueve. Pero va muy despacio. La cuerda al cuello, invisible, la obliga a maquillar cada palabra para que no la descubran, para que no se descubra. Ignora esa parte que la asusta o quizá ni la encuentra porque tantas veces ha mirado para otro lado, tantas veces ha hecho lo que creía que quería que ahora no sabe.
No sabe. No sabe si lo que le gusta es agradar o es lo que se espera. No sabe.
Ella mientras tanto, intenta jugar con esos centímetros que le dejan las cuerdas, porque tiene complejo de hormiguita y un poco es más que un nada; e igual, en algún momento la cuerda se rompa y pueda salir corriendo de sí misma.