lunes, 31 de marzo de 2014

Ayer

Ayer: un tipo duro y fuerte, que si no tienes bastante picardía te atrapa y te embelesa, manteniendote a su lado con falsas promesas. Ayer, ese señor que te silva por detrás con el ánimo que vuelvas la cabeza para iniciarte conversación, para contarte batallitas y hacerte anhelarle y suspirar por lo pasado.
Ayer, la piedra más grande en el camino, que no es que te haga tropezar, que también, pero que te impide avanzar.
Ayer, celoso de Hoy y de Mañana, orgulloso, charlatán, y traicionero. Su sitio, el baúl de los recuerdos. Amenaza con salir los días de lluvia, los depresivos y en las fechas tristes... En tus manos está dejarle salir o no.

viernes, 28 de marzo de 2014

La linterna mágica.

Quizá todos penséis que una linterna no tiene nada de mágica, que solo da luz ( que eso ya es bastante) y que utilidad tiene la justa.
Eso igual les pasa a las demás linternas, pero a la de mi amigo Juan no. La de mi amigo Juan no solo alumbra, si no que te enseña mucho más allá. Veréis. veréis lo que le pasó:
Un día como tantos otros, Juan se aburría, su mamá ya no sabía que hacer con él así que le prestó un libro viejo y el niño comenzó a leer. Tanto le gustó el cuento que llegó la noche y para que su mamá no le riñera porque tenía la luz del cuarto dada, rescató del baúl del sótano una vieja linterna.

jueves, 27 de marzo de 2014

Cuentos de 1 minuto II (La vergüenza)

Erase una vez "la Vergüenza"...¡uy que vergüenza que hablaran de ella!. Siempre queriéndose esconder y siempre la encontraban. Normalmente vestía de rojo, iba con la cabeza gacha y miraba de reojo. Cuando no la veían se convertía en otra. Cambiaba tanto que hasta que su nombre era otro. Ella, en su intimidad, era la mejor en todo, cantaba, reía, incluso hacia tonterías delante del espejo. Pero siempre, siempre, siempre, estaba sola.
La Paciencia la espiaba detrás de la puerta, pensaba que igual algún día sería así en público, pero parece que nunca salió de su habitación.

lunes, 24 de marzo de 2014

Lazo rojo

Erase una vez una niña sin oídos,  con la cara blanca y un lazo rojo. En su cabeza, silencio, pero miles de formas. La boca solo para sonreír, para cantar ya estaba su imaginación. Diferente, tal vez, pero con muchas ganas de ser igual.
Por una persona que la miraba con lástima, cientos de amigos con manos para ayudar a levantarse.
Se convirtió en  una luchadora, buscó y buscó y al final del camino encontró a quien le dibujó los sonidos, las palabras y el mundo.
Así que pensó que igual no tener oídos no era tan malo, sería mucho peor perder su lazo rojo...

domingo, 23 de marzo de 2014

Al lado de las montañas

Tan cerca que nacía en ella. Para llegar , había que escalar, o eso era lo que parecía; porque si se observaba un poquito más, se veía que justo a la vuelta había un camino llanito que llevaba justo a la cima. Pero claro, había que fijarse. Las indicaciones eran para inteligentes o para quien se lo curraban, así que ya sabéis lo que hay que hacer si queréis coronarla.
Solo ladra, pero no da miedo, fiel y compañera y mucho mejor de lo que ella piensa, pero que va a decir su amiga, su madre salmantina y su regañadora oficial.
En fin, un descubrimiento...allí al lado de las montañas.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Uno para el otro, el otro para el uno

Le enseñó otra manera,  ni más bonita ni más fea, igual de válida, igual de intensa. Le enseñó a valorar, a desesperar, a dormir con calorcito... Le dio más, le dio su conjunto y le dio su nada. Intercambiaron de todo, incluso cromos. Fueron y volvieron; encendieron velas, cirios y se echaron de menos...otra vez.
Mañana, apartarán nubes, dormirán en ellas y no miraran atrás, porque lo vivido les volvió a enseñar, a vivir y a luchar.

lunes, 17 de marzo de 2014

Allí (microcuento)

Volaron. La verdad es que no sabían si se movían del suelo o no. Veían todo desde arriba, desde muy alto. Porque,total, solo importaba lo que tenían agarrado a la mano. Pisaron las nubes, saltaron los truenos y se acurrucaron. Porque el "acurruco" era el mejor sitio que jamás habían estado.

sábado, 8 de marzo de 2014

En una estrella

Se mudó a una estrella, igual desde abajo no brillaba mucho, pero desde arriba, ¡ay desde arriba! desde arriba daba gusto. Tenía hasta jardín. Pero no se mudó allí por eso, si no por las vistas. Cada mañana se asomaba a su balcón, miraba que todo estuviera bien y salía al jardín. allí, al solecito, planeaba como iba a mover los hilos, como iba a mandar suerte y cuantos besos enviaría en el próximo mes. 
Creó avioncitos de papel invisibles, pero que, cuando se posaban sobre sus destinatarios, la sonrisa era inmediata, su recuerdo se hacía presente y su estrella, ahí arriba, brillaba aún más.
Y así se pasaba la tarde volando avioncitos, viendo sonreir a su familia y dando luz al cielo... 

domingo, 2 de marzo de 2014

Cuando no te hacen falta calcetines de lana

Ahora me hacen falta. Achaco el frío al invierno, pero no. No es el invierno, ni las sabanas, ni la circulación. A veces me descubro fantaseando que ya no los necesito. Pienso en guardarlos en un cajón y que me meto en la cama sin ellos...
Quiero perderles de vista. Me cansan, me recuerdan lo que no tengo, lo que no puedo producir. Porque cuando no te hacen falta calcetines de lana, es porque tienes conversaciones nocturnas, encuentros por los pasillos, y un montón de "Cariño, ya estoy en casa"
...Ojala deje de usarlos pronto...