miércoles, 19 de marzo de 2014

Uno para el otro, el otro para el uno

Le enseñó otra manera,  ni más bonita ni más fea, igual de válida, igual de intensa. Le enseñó a valorar, a desesperar, a dormir con calorcito... Le dio más, le dio su conjunto y le dio su nada. Intercambiaron de todo, incluso cromos. Fueron y volvieron; encendieron velas, cirios y se echaron de menos...otra vez.
Mañana, apartarán nubes, dormirán en ellas y no miraran atrás, porque lo vivido les volvió a enseñar, a vivir y a luchar.

Serán felices, como todos y como ninguno. Quizá valoraran cada caricia y ya no contarán minutos porque el reloj será compartido.
 Han aprendido a andar y a dar traspies, pero que rico sabe encontrarle cuando se levanta la cabeza. Sus largas pestañas, su nariz...
Mejor maestros no podrían haber sido. Uno para el otro, el otro para el uno.

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