jueves, 31 de octubre de 2013

Sin pan pero con raspas

Fueron testigos de como pasó el tiempo, sin pan pero con raspas. Los días eran lentos, sucios y pasaban en silencio.
Ella se acostumbró a esperar y él a besarla en sueños.

martes, 29 de octubre de 2013

La historia del Señor Manuel

Era un señor, un señor serio y con bigote. Uno, que comía regaliz y tocaba la trompeta. Era un hombre de los pies a la cabeza.

domingo, 27 de octubre de 2013

Juntos

Lucharon contra el dragón "Distancia" y más tarde con él de "Te echo de menos" y así fueron pasando los años...

viernes, 25 de octubre de 2013

Uno de amor

Un brindis por los amores románticos, y dos por los no tanto. Por aquellos que quieren en la distancia, por los que sufren  y sienten su ausencia; por los que valen la pena.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Ahora

Se quedó dormida, acurrucada debajo de su árbol preferido. Soñó con las manzanas, esas rojas que come en el huerto de su abuela. Ahora se sentía sola, vacía sin pies ni manos. Prometió levantarse una vez más, luchar por última vez y soñar con la meta. Así que se despertó, de un salto, no como cuando suena el despertador por las mañanas. Corrió, se lavó la cara y cogió su petate. Ahora lo de dormir era secundario, ahora había que soñar.

martes, 22 de octubre de 2013

Punto y coma

Todo el mundo sabía para que servía el punto. Quedaba muy elegante al final de las frases. Era el colofón y muy importante porque sin él no se sabía si se había terminado de hablar.
La coma, ¡uy la coma!. La coma era una señora muy distinguida, era paciente y cuando te encontrabas con ella era para coger un momentito aire y seguir con tu camino.
Se llevaban estupendamente la verdad, cada uno en su lugar pero un día se enamoraron, sí sí, y tanto fue que tuvieron un hijo precioso "punto y coma" se llamaba. Al principio no sabía muy bien donde colocarse: si al final de la frase como su papá o en medio como su mamá.
¡Qué lío tenia! Pero su mamá le cogió en brazos y le explico: "Tu eres muy importante, y no siempre apareces en el texto,pero cuando lo haces  relacionas las frases sin necesidad de que hayas palabras. ¡Tu tienes significado!

domingo, 20 de octubre de 2013

Un juego de pantallas

La vida es como un juego, decía, uno de esos de pantallas. Hay veces que te "atascas" en una, y la repites una y otra vez y otra y otra. Pruebas de una forma y luego de otra y nada. Pero hay un momento que...¡¡¡Tachan!!!superas el obstáculo y tan contenta, pasaste la pantalla. Todo es felicidad y la autoestima sube sube como la espuma, hasta que llega la siguiente pantalla...
Siempre nos explicaba las cosas así, para que las entendiéramos, y es que las abuelas son así, hablan para los niños y siempre hacen cosquillas en la nariz.

sábado, 19 de octubre de 2013

Angelitos...

Desde una nube nos mira y se sienta, observa los movimientos, las caricias y nuestros pensamientos. Nos manda buenas vibraciones, ánimo y mucha mucha suerte. Si fuera por él otro gallo cantaría. A veces baja, viene cuando dormimos, nos arropa, y nos susurra que sigue ahí aunque no le veamos.
Los ángeles son así, nos siguen desde las alturas pero se aseguran de que nunca estemos solos
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viernes, 18 de octubre de 2013

Club de las mariposas

Erase  una vez unas mariposas. Unas de bonitos colores, ninguna era igual, todas eran diferentes, pero la primavera quiso que todas se encontraran en el mismo jardín. Al principio eran tímidas; aun no se conocían así que volar juntas les daba un poquito de vergüenza. Cada tarde, iban al jardín a que Doña Oruga les enseñara como cuidar a maripositas, mariquitas, gusanitos y demás bichitos pequeños.
Los días fueron pasando y poco a poco se fueron haciendo amigas. Había días que incluso salían fuera del jardín a volar juntas de flor en flor.
Vivieron multitud de aventuras, pero un día tuvieron que dejar el jardín, a Doña Oruga y de verse. Todas estaban un poquito tristes. Se iban a echar un poquito de menos...¡Que pena más grande! Pero en realidad la pena no era de tal magnitud. Tal vez ya no se verían todos los días, ni podrían ir al jardín a aprender pero si podían quedar para volar.

Sueños

Sueña, y cuanto más altos sean esos sueños, mejor. Porque recuerdo que un día un ratón quiso ser pintor. Y todo el mundo le decía: "Pero si tu eres un ratón, los ratones no pintan, ninguno lo ha hecho antes. Los ratones comen queso y nada más"Pero al ratón no le importó, el siguió con su sueño.
En una ocasión, encontró una gran pared en una calle que iba a dar a un colegio. La pared estaba gris, triste y muy aburrida. Los niños que pasaban por allí ni se daban cuenta que estaba. Así que esa noche, el ratón trabajó hasta que salió el sol. Pintó un gran paisaje, con niños y en una pequeña esquinita se dibujó a si mismo con un pincel en la mano.
A la mañana siguiente todo el mundo admiraba la obra. ¡Que buen pintor! Pero no sabían que era un ratón.

jueves, 17 de octubre de 2013

"El Lucero"

Él era jardinero. Pero no un jardinero cualquiera, era el jardinero de las estrellas...las regaba, las abonaba, las podaba...incluso ¡Hablaba con ellas! Todo era paz y armonía entre el jardinero y sus estrellas. Él hacia que cada noche brillaran tanto que cada niño pudiera verlas desde la ventana de su habitación.
El jardinero de estrellas tenía una preferida, la más bonita entre todas, la más grande y delicada. También, era la más madrugadora, siempre brillaba la primera e incluso guiaba a los marineros. Así que la puso nombre: "el Lucero"
Pero el jardinero se empezó a hacer viejecito y ya apenas podía subir a regar a las estrellas, así que poco a poco se fueron apagando. El cielo se quedaba oscuro, oscuro, oscuro y el jardinero triste, triste, triste... Tenía que encontrar una solución o el Lucero también se apagaría y los marineros no sabrían encontrar el camino a casa.
Después de mucho pensar se le ocurrió una gran idea: pondría un interruptor en casa, a lado de cama, lo conectaría a cada estrella y desde allí podría mimarlas como antes y así podrían brillar eternamente.
Y así lo hizo, cada noche encendía el interruptor y todas las estrellas, incluso El Lucero, brillaban como nunca y nunca más se volverían a apagar.

martes, 15 de octubre de 2013

Dragoncito

Había una vez un dragón. Un dragón pequeño y asustadizo pero luchador como el sólo. El pequeñín no podía escupir fuego como sus amigos y por eso siempre le elegían el último para los juegos de equipo.
Él pensaba que no era bueno para nada, porque cuando jugaban a ver quien llegaba más lejos con su llama, a él apenas le salia una nube de humo de su boca y todos se reían de él.
Su mamá le consolaba, le decía que todo el mundo es bueno en al menos una cosa, al menos cada dragón destaca en algo que los demás ni se imaginan.
Pasaron los días y se llegó la fiesta de despedida del "cole" todos los dragoncitos andaban como locos adornando la escuela. Hicieron una pancarta, un escenario y hasta una tarta!! pero querían colgar globos pero al querer inflarlos se explotaban porque al querer inflarlos, todos los dragones en vez de aire echaban fuego y estaban muy tristes."Vaya fiesta sin globos" decían...
Nuestro dragón pasaba por allí y observó lo que ocurría...no le gustaba ver a sus amigos tan tristes, así que se le ocurrió una idea.
Justo antes de que empezara la fiesta llamó a sus amigos, les pidió que cerraran los ojos y abrió la puerta del gimnasio del colegio.
Al abrir los ojos todos los dragones se quedaron con la boca abierta. Toooodo estaba lleno de globos. El dragoncito podía inflarlos!! Su falta de fuego le permitía expulsar aire y así darle a sus amigos una fiesta como querían. Desde entonces, no solo no le dejaban el último para los juegos de equipo sino que él era el que elegía el suyo