sábado, 8 de marzo de 2014

En una estrella

Se mudó a una estrella, igual desde abajo no brillaba mucho, pero desde arriba, ¡ay desde arriba! desde arriba daba gusto. Tenía hasta jardín. Pero no se mudó allí por eso, si no por las vistas. Cada mañana se asomaba a su balcón, miraba que todo estuviera bien y salía al jardín. allí, al solecito, planeaba como iba a mover los hilos, como iba a mandar suerte y cuantos besos enviaría en el próximo mes. 
Creó avioncitos de papel invisibles, pero que, cuando se posaban sobre sus destinatarios, la sonrisa era inmediata, su recuerdo se hacía presente y su estrella, ahí arriba, brillaba aún más.
Y así se pasaba la tarde volando avioncitos, viendo sonreir a su familia y dando luz al cielo... 

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