martes, 25 de julio de 2017

las tres "as"

Lo aceptó. Está bien. Un error lo tiene cualquiera.
Ese hueco que se le produjo pedía a gritos ser llenado. No aceptaba ni gominolas, ni tardes de sofá y telebasura. No. Solo aceptaba sueños, y no de esos rancios y manidos, si no unos nuevos. Unos de esos que dan escalofríos, miedo, e ilusión. Porque de ilusiones se vive y ella se cansó de parecer una difunta.
Como siempre, no estaba sola. Su escudero le animó a deshacerse de ese sueño con moho y a desempolvar ese "nuevo". Le dio las tres "as": aliento, ánimo y alas. Y con ese equipaje emprendió el camino. Tal vez, mañana cambiara de idea, pero hoy esa era la meta.

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