miércoles, 15 de junio de 2016

A veces, dos sería pedir demasiado

Erase una vez, y menos mal que fue una. Porque, igual dos, era pedir demasiado. Desde un principio el menú era a base de perdices. Los bailes de palacio estaban a orden del día y no hacía falta encantamientos. Y es que a veces, el principio es el final y al revés.
Y es verdad, que hay veces que existen cuentos sin contar, narradores callados y hadas madrinas en la sombra. Porque, a veces las historias pasan, y son de otra manera. A veces, no hay malos y tampoco buenos, a veces solo son casualidades y causalidades.
Ya que hay veces, y  momentos en los que  no cambiarías nada, ni un pelo, aunque ese día te haya salido un granito en la nariz...porque todo tiene su encanto, supongo...
Esas veces son las que cuentan, son mágicas y tienen el poder de que olvides todas las lagrimas, todas las guerras y quieres que duren por lo menos cinco minutitos más.
Sólo son una vez, porque dos sería pedir demasiado...

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