viernes, 9 de mayo de 2014

Con la maleta hecha

Se sentó a esperar. Con la maleta hecha y el dinero contado. Todo preparado por si había que salir corriendo. Las cartas eran continuas, mirar el reloj una manía y la sonrisa una obligación. Sólo quedaba un esfuerzo más. Sólo uno, corto o largo, no sabía, pero solo uno. Tal vez los planes se irían al garete, quizá el rodeo era más largo, pero la meta era la misma. Encontró el parche adecuado, la fuerza necesaria y el mejor compañero. Se compró un lazo nuevo, se dio colorete y corrió a sus brazos. Allí se estaba de calentito...
No aguardó al pistoletazo de salida, porque el camino era largo y a ella le gustaba pararse a mirar. Correr sin sentido es para los que se arrepienten, ella tenía una meta, pero también tenía que disfrutar del paseo.

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