jueves, 1 de octubre de 2015

¿quién lo va a hacer?

Se dejó caer en el sofá, a ver si el reloj se revolucionaba y aquella tarde se pasaba más deprisa. La verdad era que daba igual, porque su mente no paraba quieta. Normalmente se dirigía a sí misma como la " tontita" pero hoy estaba creativa y había encontrado hasta un apellido. La tonta de las lagrimas. No era malo ni mucho menos, era necesario. Sus ojos tenías complejo de nubarrones, ¿que le iba a hacer?, era un extra, luego se quedaban de un brillante precioso. Y es que si uno mismo no se toma a broma ¿quién lo va a hacer? Así que se dio un capricho, a ella y a sus ojos, y se puso a ver una película de esas donde se le obliga a los nubarrones a no parar de llover.

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