lunes, 10 de febrero de 2014

Tic-tac

El tic-tac le taladraba la cabeza. No paraba, era un quejido del tiempo. Querer medirlo era casi una aberración. A veces, el tic-tac era lento, tedioso, insoportable...y otras, como todos sabemos, es rápido casi inapreciable, un suspiro, vamos. Cuando menos debe, claro. Lo típico.
Parecía como si el reloj de cuco lo llevara en la cartera, siempre un tic-tac, siempre contando, siempre esperando a la hora en punto, al cu-cu...un rollazo. ¿Por qué? Porque mucho tic-tac, mucho cu-cu, pero era el día de la Marmota,  hoy igual que ayer, ayer  igual que antes de ayer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario