sábado, 19 de abril de 2014

Sin perdices

Y se acabó, como terminan algunos cuentos...como el Rosario de la Aurora, hecho trizas, sin saber por donde cogerlo.
No comieron perdices, igual ese era el problema, que no les dieron esa suerte que tienen  los que si las comen...
Vendieron las espadas, los sables incluso los puñales pero aun así, todo seguía pinchando. Las lágrimas eran un seguro, los gritos una canción de fondo y los portazos, los portazos no solo cerraban puertas.
Fotos rotas, sin marco, sin nada...el silencio que en antaño estaba lleno de cosquillitas, hoy es frío y más callado si cabe.
Se borraron las cuentas, los sueños y las promesas, los "cuandos" se echaban en cara y las palabras tenían el filo de aquellas espadas vendidas...
Lucharon por arreglarlo. Compraron todo tipo de pegamento, esparadrapo y tiritas. Aguantó alguna tempestad pero, lo roto, roto sigue...

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