miércoles, 30 de julio de 2014

Con lagrimas necesarias

Hay veces que se guardan. Quizá por miedo a que después no haya más. Otras salen sin querer, como cuando ves una peli, o te da la risa.
Otras son injustas, tristes, sin sentido, pero necesarias. Enseñan a que no se está vacío por dentro, a que se quiere, a que importa y a que las cosas duelen.
Te invitan a reflexionar en medio de esta vorágine de vida, a que te sientes, te acurruques y te des cuenta que no eres una máquina.
Son necesarias, para que no se enquiste la pena, ni la rabia, para que no se congelen por dentro y con ellas todo lo demás. Las lagrimas unen, limpian y te dan ganas de abrazar...

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