jueves, 21 de agosto de 2014

Letras.

Se fue, como se van los viejos amores, las pesadillas y las nubes negras. Lejos y dejando un sabor de boca agrio. Cogió un mapa, su maleta y dejó la habitación revuelta. No sabía si iba a volver. Delante de ella un arcoiris, detrás, curvas, llantos y alguna flor. Se dedicó a no pensar durante el camino, disfrutó de las paradas, los amaneceres y el frío en la cara. Comenzó de nuevo, donde estaban sus cenizas, plantó un manzano y en su rama colgó un columpio. Quizá para recordar que fue muy feliz de niña y que por muy alto que se coloquen las cosas con impulso se pueden rozar; soñadora...
Mil folios en blanco, la mente llena y miles de letras para colocar, reordenar y poner guapas. A ella le gustaba eso, maquillarlas, peinarlas y sacarlas a escena. Jugar con ellas, disfrazarlas y encubrir ahogos.
Así que se fue, lejos, como los nubarrones. Acompañada de ellas, delante y detrás, porque total, sin ellas, la chica no era nadie.

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