domingo, 1 de febrero de 2015

Pequeño logro

Y que mejor que empezar con un érase una vez, porque las cosas interesantes, extrañas y puntuales, solo pasan muy de vez en cuando, una vez. Así que una vez, fue, corriendo como un niño y sin pensar en la vergüenza que le daba, le tocó el hombro. Quizá se puso colorada, pero si no se hubiera atrevido habría pasado la vida descolorida...
Le tocó, como digo, y fue el principio. Un principio de un todo, que algún día tendría un final, pero no necesariamente triste. Fue una valiente o una cabeza loca, pero hay veces que es mejor no poner etiquetas.
Esa noche se fue a casa con una sonrisa a casa, con un número de teléfono y una promesa de un futuro café.
Así que fue una vez, digna de contar, aún después de muchos años, porque la vida no es para esperar, es para recordar nuestros pequeños logros y crear más.

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