lunes, 13 de enero de 2014

Algo de bueno tenía que tener el dia

Llegó a casa, con dolor de mejillas por las chinchetas que se puso para no dejar de sonreir. Dejó la careta tirada en la entrada junto al abrigo, los tacones y el paraguas, en este caso es mejor llevar protección.
Atravesó el pasillo. Con pausa, sin prisa...sus cadenas no le dejaban ir más rápido.

Por fin algo de calor, su mantita le esperaba en el sofá. Se dejó caer sobré él, dejó la mente en blanco roto  y llenó el vaso de angustias. Ahí daba igual si estaba medio lleno o medio vacío.
Se sentía llena, que no plena. Todo esto le estaba ahogando, le llegaba a la garganta un sabor agrio y desesperante y por más caramelos de limón que chupaba, eso no se iba...
Sonaron las 12 y al contrario de la cenicienta, nada se volvió peor...no tenia un hada madrina pero al menos, se mantenía...algo de bueno tenía que tener el día.

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