domingo, 12 de enero de 2014

Todo cambia

Otra vez la princesa encerrada por una bruja malísima. Otra vez a esperar que un valentísimo principe, caballero o incluso ogro, llámalo X, le salve. Otra vez a dedicarle adoración absoluta a este señor.
Casi es mejor apuntarse a una página de contactos para encontrar pareja...
La cosa es que la bruja ya es demasiado mayor para odiar a la princesa, así que mas que de bruja se porta como una abuela de esas que necesitan compañía, que hacen punto y cuentan batallitas.
La princesa con leggins y con un piercing en la nariz, en vez de chillar como loca se corta la coleta, se escapa, pero vuelve cada domingo para pasar la tarde con la pobre bruja, en el fondo también se siente sola y las galletas de ojo de dragón están de rechupete. 
El señor X, ni se asoma por la torre. Porque en realidad es el hijo de la bruja y como ya sabemos ella no recibe muchas visitas...
En fin, que hasta los cuentos cambian, la gente se cansa de su misma casilla y todo puede reinventarse.

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